Publicaciones editadas por Lamiñarra

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lunes, 9 de enero de 2012

"Queríamos un libro y ha salido la historia de la gente"


ENTREVISTA CON BLAS SUBIZA Y VICENTE ARROYO, AUTORES DE «HISTORIA Y RECUERDOS DEL MOCHUELO»

Perseguían una obra que plasmara la vida del barrio del Mochuelo, en la actual Milagrosa. Y lo han conseguido. Blas Subiza, de 66 años, y Vicente Arroyo, de 65, afirman que en la obra han participado muchísimos vecinos, personas mayores que, página a página, han revivido su barrio

Al principio, el libro estaba concebido para recoger la historia de la SDR San Fermín y el grupo de montaña Goiti Begira. Sin embargo, dada la escasa duración de ambos grupos, los autores optaron por "hablar sobre el barrio desde los años 30 hasta los 50".

Tras un año de elaboración, y con la colaboración de más de 80 vecinos, que han aportado sus testimonios o fotografías de la época, Historia y recuerdos del Mochuelo sale para que el barrio "no se quede en el olvido". Cuesta 15 euros, incluye un CD con imágenes de aquellos años, y se puede adquirir en la SDR San Fermín o en el bar Aragón (ambos en la calle Manuel de Falla, número 17 bajo). Editado por Lamiñarra, se han publicado 500 ejemplares.

¿Qué les une del Mochuelo?

Blas: Mis abuelos vivían aquí y mis tíos también. Bajaba a menudo al Mochuelo, aunque residía en San Nicolás. En 1952 mi familia y yo tuvimos problemas y nos bajamos al Mochuelo. Los dos vivíamos muy cerca, en la parte de la ladera, donde nos juntábamos mucha gente y entonces empezamos a conectar.

Vicente: Yo vivía en el Primer Camino, número 20.

Escribiendo el libro, ¿han descubierto algo que no supieran?

V: Sí. Por ejemplo, sobre el río al revés. Nace en el Valle de Aranguren y se le llama así porque va al contrario de todos los ríos, recoge más agua donde nace que donde desemboca.

B: Hay muchas cosas que no teníamos ni idea y que hemos recuperado. Hay gente de 80 años que te dice que no se acordaba de muchas cosas. Nos llena porque para nosotros fue una ilusión sacar el libro y ha salido algo más que un libro. Es una verdadera historia de la gente.

¿Qué es lo que más os ha costado?

V: Los equipos de fútbol. No duraron mucho. No se sabía dónde jugaban y en algunos casos ni su camiseta. Se organizaba un torneo de parroquias, ya que las actividades funcionaban alrededor de ella. A partir de los 60 empezó a cambiar.

¿Cómo fue el plan de trabajo?

V: Fuimos recopilando fotos y buscando personas mayores del barrio, que han colaborado mucho contando anécdotas y, en algunos casos, escribiendo. Ha sido un trabajo muy entretenido y se ha elaborado muy a gusto.

B: Hemos ido sobre la marcha, sin marcarnos la forma de hacerlo. Lo único que nos fijamos fue la fecha, antes de Navidad.

Habrá sido emocionante ver cómo las personas mayores recordaban sus historias.

V: Sí. La mayoría se acordaban mucho del barrio e incluso nos han sacado algún diseño de cómo estaban colocadas las casas de los barrios.

¿Cómo ha cambiado el barrio?

V: El barrio antes era un pueblo. Nos conocíamos todos, si ibas a tu casa y no estaba tu madre, la vecina te daba de merendar, las puertas estaban con las llaves siempre puestas, las mujeres a la tarde solían salir a echar una partida a las cartas. Por eso nos cuesta reconocer que se le llame Arrosadía o Milagrosa.

¿De dónde viene el nombre del Mochuelo?

V: El Mochuelo era un apodo del guerrillero Urbano Igarreta que actuaba por esta zona.

¿Qué queda de esa época?

B: Ha cambiado todo. No queda más que un pino, el colegio Víctor Pradera y su casa contigua, la casa de los Mariñe, la del Montañés, la vaquería de Oroz y la segunda gasolinera. Esto no es el Mochuelo, es el lugar donde estuvo el Mochuelo.

V: Si no sale este libro, el Mochuelo se queda en el olvido.

¿A qué generaciones afecta?

V: Ha escrito gente de 90 años hasta nosotros.

B: La persona más mayor es Juli Iturmendi, que se instaló en 1926. Escribe en el libro y lo detalla como si lo estuviera viviendo.

¿Qué se ha perdido y qué se ha ganado?

B: En los años 50 y en los primeros de los 60, no se tenía dinero y jugabas en la calle. Y vivíamos muy alegres. Sin embargo, hoy en día me preocupa todo. Los que hemos nacido antes del 50, hemos vivido una infancia de calle. Con 12 ó 14 años hemos empezado a trabajar.

¿Cómo eran los edificios?

B: La casa que más altura tenía era de cuatro pisos. No había calles, sino caminos, todo con barro. Aunque sigue siendo un desorden total en cuanto a urbanismo. Cada uno hizo lo que quiso.

Decían que antes jugaban en la calle...

V: Sí. Nos íbamos al chirrión (donde traían la basura de Pamplona) y allí jugábamos. Cuando una madre llamaba a alguno, aparecíamos todos.

Paseando por el barrio se sentirán como en casa, ¿no?

V: Yo siempre me he sentido como en casa, aunque vivo en Barañáin.

B: Esto es nostalgia. Pasas por los sitios y te acuerdas de todo. Todo lo que vivimos está debajo nuestra. Es la nostalgia que nos queda de todo. Ibas al río, que era claro y limpio, y se veían los cangrejos, ahora no se oye el cantar de un pájaro, cuando entonces eran todo cantos de pájaros...Es totalmente diferente.

¿Qué le pareció a la familia la idea?

V: Mi mujer me decía: "¡Cómo te lo estás pasando!". He disfrutado hablando con personas que conocía de oídas. Te preguntan: "¿Y tú de qué familia eres?", "A tu madre y a tus abuelos les conocía".

¿Tienen algún proyecto en mente?

B: Nos estamos quedando cortados con lo que está dando de sí el libro porque la gente te saca más cosas. Les decimos que guarden todo lo que tengan para que no se quede en el olvido.

Fuente: Diario de Noticias, 9 de enero de 2011
Autora entrevista: Katrin Pereda.
Foto: Diario de Noticias.

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